lunes, 12 de enero de 2009

Saludos musicales en el 50 aniversario de la Revolución

La música cubana es una rica historia que hay que compartir, sobre todo tratándose del país de más ritmos del planeta, la meca del tumbao, montuno, mambo, son, salsa, cha cha chá, malanga, guaguancó, guaracha, danzón…
La música cubana nació de una amalgama de las fórmulas del folklore musical español y de los ritmos africanos, éstos últimos traídos a Cuba por los esclavos negros. Una mínima influencia francesa -consistente principalmente en modelos basados en las danzas de Rameau- apareció en Santiago de Cuba trasladada por esclavos haitianos y por terratenientes franceses que habían huido a la parte oriental de Cuba tras las insurrecciones en Haití, pero pronto se diluyó y despareció, no dejando casi huella. La riqueza fenomenal del folklore español, mezclada con el vigor de la música africana, creó velozmente un exhuberante y sugestivo entramado musical. Aunque desde el punto de vista de la armonía y de la forma la música cubana no ha inventado nada original, melódica y rítmicamente ha producido una colección asombrosa de patrones rítmicos, los cuales, han ejercido una gran influencia en el desarrollo musical actual.
La música cubana exhibe claramente dos caras de una misma moneda: una formada por elementos folklóricos y formas de expresión populares (que se transforman luego en comerciales), y otra, más abstracta y compleja, dentro de la cual algunos compositores cubanos han recorrido la difícil ruta de la música de arte.

La nueva trova, fenómeno estético nacido en la segunda mitad de la década de los 60, es la continuación de movimientos trovadorescos anteriores como la llamada Trova Tradicional y el Feeling. Para hablar de este último movimiento dentro de la canción cubana, es preciso dar un pequeño paseo por la historia de ellos. La trova tradicional, llamada así por ser el primer movimiento de este tipo desde la segunda mitad del siglo XIX es precedida por el feeling, movimiento intermedio y con no menos fuerza que el primero y que estuvo más influenciado por melodías y armonías mucho mas atrevidas con una marcada influencia norteamericana. En este movimiento trovadoresco es más usual un modo de hacer más intimista y al mismo tiempo una preocupación por la comunicación estrecha con el público. Uno de sus grandes representantes, es el grupo Buena Vista Social Club junto a Compay Segundo y un son: Chan chán


El cambio total de la tabla de valores en la sociedad cubana a partir de 1959 hizo que la nueva hornada de trovadores surgiera con una gran fuerza expresiva y que a ella se sumaran compositores de las mas variadas formas en cuanto a composición y modos de hacer. "Un trovador es un poeta con guitarra", dijo Silvio Rodríguez, uno de sus más grandes y universales exponentes, junto a Pablo Milanés y Vicente Feliu. Es notable como estos trovadores muestran una preocupación marcada por textos de factura más elaborada y un acercamiento notable a la más alta poesía contemporánea. Es en esta etapa es donde mayor número de obras poéticas son musicalizadas y en donde más relación existe entre trovadores y poetas.
Podríamos compartir cualquiera de sus canciones…



No podemos olvidar en este breve recorrido la otra cara de la moneda, con compositores del calibre internacional como Leo Brouwer, Alfredo Diez Nieto, Carlos Fariñas, Roberto Valera, Juan Piñera, Romeu, Lecuona… los cuales han colocado a Cuba en la vanguardia de la composición musical universal de nuestros días, utilizando politonalidad, atonalidad, procedimientos seriales, elementos aleatorios, medios electrónicos, formas abiertas, notación proporcional y gráfica, y medios de expresión post-seriales y post-modernistas.
Leo Brouwer ¿Qué tal “Un día de Noviembre”?


Y para terminar por ahora, todo un descubrimiento, al menos para mí, Camerata Romeu, algo más que una orquesta.

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